El duelo entre el multimillonario Elon Musk y el juez brasileño Alexandre de Moraes se saldó con una clara victoria para el miembro del Supremo Tribunal Federal (STF): la red social X volverá a funcionar en Brasil tras ceder el magnate sudafricano a todas las exigencias de la justicia del gigante sudamericano.

De Moraes confirmó este martes que la empresa de Musk cumplió con todas las exigencias de la Justicia y ordenó a Anatel (Agencia Nacional de Telecomunicaciones) que tome en las próximas 24 horas todas las medidas necesarias para el cumplimiento de la decisión judicial.

"Todos los requisitos necesarios para el retorno de la plataforma fueron documentados y certificados por la secretaría judicial", señala la decisión de De Moraes, apodado "Xandao" y verdadero súper juez en la novena economía mundial: por sus manos pasan muchos de los asuntos más sensibles del país, y en 2022 fue clave para frenar los coqueteos golpistas del entonces presidente, Jair Bolsonaro.

El Ministro de Comunicaciones de Brasil, Juscelino Filho, afirmó este martes que "es una victoria para el país" que la red social X "se haya adaptado a la legislación" y haya pagado las multas de 28,6 millones de reales (5,2 millones de dólares o 4,7 millones de euros) impuestas por la Corte Suprema. En un comunicado oficial, el funcionario afirmó que, manteniendo el bloqueo, se le demostró al mundo que en Brasil las leyes deben ser respetadas "sin importar quien sea" ya que es un país "soberano".

"Musk dijo que, en nombre de la libertad (...) iba a cerrar las puertas de la oficina de la empresa en Brasil", recordó Thiago Bronzatto, analista de "O Globo".

"La bravuconada le duró poco. Cuando vio que su red social era suspendida en Brasil por orden de Moraes -y sufría un éxodo de 21,5 millones de usuarios en el sexto mercado mundial de la compañía, el dueño de X decidió dar marcha atrás. Movió mundos y fondos para saldar las multas de 28,6 millones de reales (unos 4,7 millones de euros) con el Tribunal".

El cierre de X había sido ordenado por De Moraes a finales de agosto.

"Se ordena el cierre inmediato, completo e integral de la red", dictaminó el juez, que venía investigando el funcionamiento de X y ciertos perfiles que consideraba peligrosos para el funcionamiento de la democracia.

De Moraes pidió a "X" la identificación y suspensión de cuentas de usuarios de la red social involucrados en la organización e impulso del aquelarre golpista del 8 de enero de 2023 en la Plaza de los Tres Poderes, en Brasilia.

La empresa de Musk se negó a cumplir esa orden judicial y el 17 de agosto anunció que se iba de Brasil, que cerraba sus oficinas. Según el multimillonario, De Moraes estaba "amenazando con encarcelar a sus empleados". Pese a la retirada del país, "X" seguiría funcionando, dijo la empresa.

Lo cierto es que "X" dejó de funcionar en Brasil y Musk, que llegó a decir que De Moraes, respaldado por el presidente Luiz Inácio Luña da Silva, impulsaba una "dictadura" en el país sudamericano, cedió.

El cambio de postura de la plataforma se produjo "después de que Starlink (la red de Internet satelital de Musk) empezara a sufrir problemas operativos en Brasil como consecuencia del bloqueo de sus cuentas por parte del STF", destacó "O Globo".

"Los impactos en la empresa y la presión de los accionistas son señalados por personas vinculadas a X como los principales motivos del retroceso de Musk en el enfrentamiento con Moraes".

Según Bronzatto, "la marcha atrás de Musk fue un paso adelante en la discusión sobre los límites de las redes sociales en Brasil".

"Durante las invasiones a los Tres Poderes del 8 de enero, algunas plataformas transmitieron en tiempo real los ataques a la democracia, estimulando y monetizando el algoritmo de la barbarie". La falta de rendición de cuentas abrió una brecha para que el populismo digital extremista moviera los engranajes de la desinformación".

La decisión de De Moraes de determinar qué perfiles son válidos y admisibles en "X" género, sin embargo, una preocupación transversal en Brasil, con medios y observadores, tanto de derecha como izquierda, planteando los peligros de ese camino.





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